jueves, 27 de marzo de 2014

Séptima cantata en el día séptimo

Hoy escuchamos una cantata, correspondiente a la celebración de la Natividad de San Juan Bautista. La cantata tiene el título de Christ unser Herr sum Jordan kam, esto es, "Cristo nuestro Señor vino al Jordán", que hace referencia a la preponderancia de la profesión del sacramento bautismal que llevaba a cabo el santo al que se celebra, y al episodio del bautismo de Cristo en el Jordán. De hecho, en el recitativo del tenor (el tercer movimiento) suena la famosa frase: "Él dijo: Este es mi hijo bienamado, en quien tengo puestas todas mis complacencias (Er sprach: Dies ist mein lieber Sohn, An diesem hab ich Wohlgefallen). Como curiosidad podemos remarcar la introducción instrumental en el primer movimiento, coral, con la intervención de dos oboes d'amore, que parecen emular el oleaje que el río, al fluir, produce. No obstante, algunos señalan que Bach más bien retrató un río de la Sajonia o de su Turingia natal que el Jordán, que más bien poco oleaje produce en las fechas de la natividad de San Juan Bautista, encontrándose en medio de un polvoriento y tórrido desierto. Escuchamos la dicha cantata, BWV 7, en la versión que dirigió Gustav Leonhardt, junto al Leonhardt Consort, el Coro del King's College de Cambridge bajo la dirección de David Willcocks, y, en los papeles solistas, el contratenor Paul Esswood como alto, Kurt Equiluz como tenor, y Max van Egmond como bajo. Una verdadera belleza de cantata, con un ambiente realmente místico en la austeridad de la orquestación y la parsimonia de la interpretación. Realmente impresionante.

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