Este maestro tuvo su primer éxito cuando sustituyó al gran Otto Klemperer por enfermedad en la dirección de Don Giovanni, tras la que la crítica elogió a Davis como un "soberbio director de Mozart". Un año después, Sir Thomas Beecham lo invitó a colaborar con él en la preparación de Die zauberflöte en Glyndebourne. Casualmente, Beecham cayó enfermo y Davis dirigió la ópera, con éxito en la crítica. Tras esto, sucedió a Sir Georg Solti como principal director de ópera en el Covent Garden, aunque terminó con una mala época en cuanto a débiles producciones. No obstante, obtuvo éxitos con Les Troyens o Benvenutto Cellini, de Berlioz; Peter Grimes, de Britten; o The Rake's Progress, de Stravinsky. De Berlioz se consagraría como el perfecto traductor de su lenguaje. A propósito de esto, escucharemos a Sir Colin Davis dirigiendo el Requiem de Berlioz; en concreto el Requiem et Kyrie: Introitus. Sea como sea, recomiendo desde el fondo del alma escucharlo entero. Es una obra muy profunda y realmente asombrosa, más bajo la dirección de este gran maestro.
Posteriormente, continuó con grandes éxitos, entre los que destacan el ser el primer director inglés en dirigir en Bayreuth, o la dirección titular de la London Symphony Orchestra, con la que quizás sea más asociado. De esta asociación, de la que ya hablábamos antes, surgieron ciclos dedicados a diversos compositores, entre los que destacan Sibelius, Tippet y, como no, Berlioz.
Ya que fue tan relacionado con Mozart, escuchemos su dirección de alguna obra de Mozart. En concreto, tendremos la Sinfonía concertante para violín, viola y orquesta, K 364.
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