miércoles, 29 de mayo de 2013

100 años

Escribo la entrada número 50 de este blog en el día en el que se celebra el centenario del que quizás haya sido el escándalo recordado más sonado de la historia de la música universal: el estreno de "La Consagración de la Primavera".

Tal día como hoy de 1913, en el Teatro de los Campos Elíseos se estrenaba esta obra, en programa junto a Les Sylphides, Le Spectre de la Rose, de Weber, y las "Danzas polovtsianas", pertenecientes a "El Príncipe Igor", de Borodin; a cargo del ballet ruso de Diaghilev, con Nijinsky como coreógrafo, y Monteux como director. Parece ser que en aquel momento el público de ballet parisino se dividía en los ricos acostumbrados al ballet clásico, y los bohemios que ansiaban nuevas experiencias, aunque podían recibirlas bien o no. ese mismo día ya algún periodista que había asistido a los ensayos vaticinaba que el público podía no recibir del todo bien la obra, no obstante comenzó el espectáculo. En un principio Les Sylphides, estrenada unos años antes, estaba ya asimilada, por lo que no causó escándalo. Sin embargo, llegados a "la Consagración" parece que el escándalo comenzó en la Introducción, yendo in crescendo cuando el telón subió y los bailarines comenzaron su representación en "Augurios de primavera". Marie Rambert, asistente de Nijinsky recordaba que pronto era imposible escuchar la música, y Stravinsky en su autobiografía recuerda que, cuando el estruendo se hizo ensordecedor tuvo que dejar el auditorio para irse a ver la representación entre bambalinas. Carl van Vechten, conocido fotógrafo de aquella época en parís que tantos rostros inmortalizó, recuerda también que un hombre se emocionó tanto que empezó a repiquetearle con los puños sobre su cabeza, y tan emocionado estaba él mismo que tardó un tiempo en darse cuenta. Además, el escándalo cénit se organizó cuando los espectadores de uno y otro bando comenzaron a agredirse, según contaba el director, Monteux. A pesar de todo, la orquesta siguió interpretando la obra y, conforme fue avanzando, el panorama se calmó progresivamente hasta que, en la "Danza del Sacrificio", interpretada por la relativamente desconocida Maria Plitz, reinaba un "razonable" silencio. Al final, los bailarines hubieron de salir varias veces a saludar, así como Monteux y la orquesta y Stravinsky y Nijinsky, antes de que continuase el programa.

A pesar de todo ello, actualmente se reconoce, no solo como una de las obras cumbre de la música universal, sino como una de las obras cumbre del arte universal. La primera vez que la escuché me supuso un escándalo terrible a mí también, tanto que no puede seguir escuchando el disco. Años después, un buen amigo me dijo que escuchase la "Danza de las adolescentes", y no me disgustó, y él mismo me animó a escuchar la obra entera. En ese primer momento no caló demasiado en mí, aunque la escuché entera. Conforme la fui escuchando más veces la fui apreciando más, hasta que ahora me parece una grandiosísima obra, fruto de una genialidad inmensa. De hecho, el pasado sábado, como comenté en la entrada del domingo, la Filarmónica de Málaga interpretó esta obra y escucharla en directo ha sido una experiencia casi religiosa de la que, como me decía el otro día alguien, no podremos tener palabras jamás, puesto que lo que despierta en el interior no son conceptos expresables verbalmente, son sensaciones muchísimo más profundas, en lo más hondo del propio ser.

Hoy homenajearemos este ballet con otra obra grande en su categoría, que es "Fantasía", película de Disney de 1940, en la que combinan una estupendísima música con unas animaciones de lujo. La primera vez que vi como unían "La consagración" con la animación que la unen me pareció soberbialmente magistral. Por eso la pongo hoy aquí. La versión que se escucha es de la Orquesta de Filadelfia a las órdenes de Leopold Stokowski. Hoy tendremos en el blog la primera parte, e iré colgando las siguientes en días próximos.








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